Además de las cuestiones vinculadas a la demanda de empleo, el tema ambiental es de importancia central en el desarrollo sostenible de la actividad minera. De tal manera, las empresas del sector tienen que estar al tanto de la postura de las comunidades, para poder informar adecuadamente sobre las acciones a desarrollar en el territorio, de acuerdo a la etapa en la que se encuentren los proyectos.

Ante el posible problema, que pudiera tener lugar entre las comunidades y las empresas mineras, la licenciada en Recursos Naturales Elisa Cozzi, en diálogo con El Tribuno: «Se arrastra la imagen de una vieja minería, que forma parte de la antigua forma de hacer industria, donde no existía la normativa ni la conciencia ambiental que rige hoy», afirmó quien integra la consultora jurídico ambiental EC & Asociados. La empresa hace 14 años presta servicios en numerosos proyectos mineros radicados en la Puna salteña, como así también en Jujuy, Catamarca y Chubut.
Sostuvo la Lic. Cozzi: «Sí hay un sector que está regulado y acotado en su accionar es el sector minero. Tiene una normativa madre que es la ley de protección ambiental minera, de la cual luego se desprenden todas las normativas a nivel provincial. En todas las inversiones que se realizan en el sector, lo primero que se mira es la parte ambiental».
Por otro lado, Alejandra Baumgartner (otra de las socias de EC) aseguró: «Ningún país inversor, como Canadá o Australia, por ejemplo, que quiera invertir en un proyecto minero descuida las cuestiones ambientales porque para ellos en sus propios países son temas centrales y de hecho nosotros estamos mirando hacia los estándares de esos países para poder trabajar acá”.
En cuanto a las comunidades, en la actualidad, poseen un rol más relevante con respecto a años atrás. Acerca de esto, Baumgartner manifestó: “La mayoría de los pueblos de la Puna salteña tiene un origen muy vinculado a la minería y la ven como una actividad favorable, aunque tienen una aptitud crítica al manejar información, para conocer de qué se tratan los proyectos y en función de eso ver el impacto que pueden llegar a tener».
Por otra parte, un recurso que preocupa a las comunidades andinas es el agua «Es un recurso crítico desde el punto de vista ambiental y social, sobre el que indagan y tienen el concepto muy claro de que tienen que cuidarlo. Indudablemente, la posición que toma la empresa minera también tiene ese mismo criterio ante un recurso que es necesario para la actividad», explicó Elisa Cozzi. Asimismo, amplió al expresar,»Fuera de ese aspecto, que en lo ambiental es lo más crítico, después lo que ven en la actividad minera es una ventana de oportunidades, no solamente de empleo directo, que en los últimos años fue evolucionando mucho, una buena parte de esa comunidad hoy lo que quiere es entrar a la posibilidad de un desarrollo económico junto a la minería, ofreciendo distintos servicios a las empresas y convirtiéndose en proveedores”.
Alejandra Baumgartner, también dio su punto de vista, a lo cual indicó “Así como con el tema del agua, el vínculo de las empresas con las comunidades es central desde el momento cero. Nosotros siempre decimos que ese vínculo tiene que ser transparente y que toda la información ambiental que se genera para la empresa le permita a ella una posibilidad de hacer retornos con la comunidad que conoce el medio y porque puede manejar el proyecto en función de esos recursos que son compartidos en muchos casos”. Sin perjuicio de ello, aclaró: “La empresa minera sabe que el agua es un recurso indispensable para su actividad, pero también tiene en claro que la comunidad tiene un uso prioritario a partir del marco legal en adelante. El código de agua lo establece claramente: primero está el consumo humano, segundo los animales y tercero la industria”
Por último, resulta importante resaltar que la herramienta de control hacia la minería es el estudio científico sobre el impacto ambiental que provocan. En relación a esto, Cozzi señaló que “Es una herramienta en donde se desmenuza el proyecto para ver cuál es el comportamiento de esa actividad en el medio. En el caso del agua, se trata de un recurso que tiene que alcanzar a todos porque sino no hay proyecto. Esto es así de claro”.
Para cerrar, Baumgartner hizo hincapié en la importancia de los estudios de factibilidad que se exigen para habilitar un proyecto de exploración o explotación minera de impacto ambiental. “Una vez que ese permiso está, la empresa no es que se desentiende de los controles y que tiene licencia para hacer cualquier cosa. Cada dos años se tiene que presentar un informe donde se vuelve a evaluar la condición de los recursos naturales y esto permite conocer cómo evoluciona el sistema ambiental con el proyecto”, concluyó.
Fuente: Imagen- EC & Asociados