Intendente de Tolar Grande: “Gracias a la minería, en la comunidad hay desocupación cero”

Debido a la toda la belleza de sus paisajes y a la potencialidad en la explotación minera, Tolar Grande pasó de ser un “pueblito olvidado” a ser uno de los puntos geográficos más importantes y con mayor proyección del norte argentino. Entrevista con su jefe comunal desde 2007, Sergio Villanueva. Sin duda existen pocos lugares en el mundo como Tolar Grande. Enclavado en el cor azón de la Puna salteña, a 387 km de la ciudad de Salta y a 3520 metros sobre el nivel del mar, fue fundado alrededor de la Estación del Ferrocarril Belgrano.

Hacia la década de los 40 tuvo su etapa de mayor expansión. Para entonces la localidad constituía el extremo del ramal del ferrocarril hacia Chile, proyectado para unir la ciudad de Salta con la ciudad de Antofagasta.

Se estima que en ese momento, debido al auge provocado por la actividad ferroviaria se había alcanzado una población de las 3 mil personas. Sin embargo, con el cierre de los ferrocarriles quedó una localidad desolada con una población de menos de 120 habitantes (Según el censo de 2001).

Esto provocó que en 1994 el Gobierno Provincial, apoyándose en el artículo 170 de la Constitución Provincial, decidiera que Tolar Grande pierda su calidad de Municipio. Situación que permaneció hasta 2006, cuando el exgobernador, Juan Carlos Romero, le devolvió ese carácter mediante un decreto extraordinario.

Y aunque el panorama no era muy alentador la mirada hacia Tolar Grande fue totalmente diferente tras una serie de estudios geológicos y, sobre todo, luego del anuncio de la minera Goldrock Mines, quien comunicó a la prensa, en el año 2015, el lanzamiento del denominado Proyecto de Oro Lindero. Un año más tarde, el 17 de junio de 2016, Goldrock Mines fue absorbida por otra empresa canadiense llamada Fortuna Silver Mines.

El 21 de septiembre de 2017, Fortuna comunica un informe estratégico ( léalo aquí ) junto a la aprobación final del proyecto Lindero y con ella un desembolso inicial de cerca de 240 millones de dólares para la iniciativa.

Un proyecto de semejante envergadura, sumado a la exploración de la zona para la construcción de minas de Litio, representó y representa un revivir para la zona y en particular para Tolar grande, que en muy poco tiempo pasó a tener 500 habitantes.

Sergio Villanueva, intendente y actual candidato para renovar el cargo, estuvo presente en muchos de estos últimos hitos históricos, ya que ocupa el cargo desde 2007. En diálogo con Capemisa sobre estos cambios que vive su municipio, Villanueva asegura que se vienen preparando para esto y que son conscientes que esto es solo el principio.

-Teniendo en cuenta que estos proyectos de explotación generan un movimiento poco frecuente, ¿Cuáles son los cambios más notorios y cómo trabaja el municipio para acompañar a la población para asimilar esta alteración en su cotidianeidad?

Desde el año pasado que comenzó realmente el desembarco de las empresas, con la exploración que se realiza para extraer Litio y con el proyecto de Lindero que apunta al Oro y al Cobre que ya está finalizando la construcción de la infraestructura para que a fin de este año comiencen a efectivizarse las primeras extracciones. Y hasta el momento, los cambios más notorios están relacionados al movimiento de gente. Claramente esto se ha intensificado. Pero nosotros venimos trabajando con la comunidad desde hace mucho tiempo, principalmente para adaptarnos y poder sacar el mayor provecho posible.

-¿Y cómo se logra alcanzar ese máximo “provecho posible”?

Por ejemplo, hemos trabajado fuerte para poder generar prestaciones de servicio locales. Y en ese sentido, podemos asegurar que en nuestra comunidad, y gracias al trabajo en conjunto con las empresas mineras, hoy hay desocupación cero. Todos los miembros de la comunidad tienen su emprendimiento, trabajan en el Estado, en una empresa Minera o en el Ferrocarril. Hemos dialogado y convenido con las empresas de que los emprendimientos de servicios locales tengan prioridad sobre los extranjeros. Así se logró que en nuestra comunidad haya una concientización de lo que sucede y comiencen a generarse sociedades en la búsqueda de generar productos y servicios para ofrecer en torno estas empresas, como panaderías, lavanderías, servicios de cátering, entre otros.

-Una demanda tan grande seguramente genera un movimiento inmigratorio de igual magnitud, sobre todo en tiempos de crisis como los que vive el país ¿Cómo trabajan ese fenómeno?

-Efectivamente. Rápidamente la demanda superó las posibilidades de los habitantes originarios de Tolar y provocó la llegada de muchas personas de localidades vecinas, principalmente de Campo Quijano, quienes en la búsqueda de mayores oportunidades realizaban directamente el cambio de domicilio. Nosotros desde la Municipalidad entendimos esto desde un primer momento, y elaboramos una planificación seria que incluye la creación de un nuevo barrio y una gran inversión para una nueva urbanización. La idea es llevar adelante ese plan estratégico en un trabajo conjunto con la Provincia y el sector privado. Tenemos que recordar que Tolar surgió y creció sin tener escrituras ni mensuras profesionales hechas. También hemos firmado un convenio con la Universidad Católica de Salta para trabajar en conjunto en la búsqueda de elaborar un código de edificación para poder planificar la urbanización de una forma más ordenada. Hoy todo eso ya lo tenemos y estamos cien por ciento preparados para lo que se viene.

Sin duda, Tolar Grande y las localidades de la región se proyectan como grandes polos para la explotación del sector minero, pero cabe recordar que además de su riqueza minera también es uno de los puntos turísticos más fuertes de la provincia. Tolar Grande cuenta con volcanes de más de 6 mil metros, montañas de colores rojizos, grandes salares de un blanco puro y el azul de sus “ojos de mar” (lagunas de agua salada), son algunos de sus grandes atractivos, sin mencionar la cercanía con el Volcán Llullaillaco (a más de 6.700 metros de altura) en el que se encuentra el sitio arqueológico más alto del mundo, donde fueron hallados tres niños incas congelados, y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

-Desde el Municipio ¿se piensa también aprovechar este auge minero para desarrollar al turismo entre otros sectores?

La minería es buena pero también debemos trabajar en relación al impacto ambiental. Eso entendimos en Tolar y por eso se están haciendo muchas cosas. Entre ellas, hemos logrado consolidar un diálogo permanente con intendentes de otras localidades. De esto surgió la idea de llevar adelante lo que denominamos “El corredor de la Puna”; integrado por Tolar Grande y San Antonio de los Cobres de Salta, Antofagasta de la Sierra de Catamarca y Susques de la provincia de Jujuy; con el objetivo de potenciar el turismo de la región.

-Como jefes comunales, ¿sienten el apoyo de Provincia y Nación en esta iniciativa?

En principio sí, pero uno de los principales problemas que tenemos es el camino. Ya hemos hablado con Provincia y gestionamos con Nación para que se pavimenten las rutas y se mejoren los accesos. Hace poco llegó el tren con un cargamento de adoquines porque estamos pavimentando algunas cuadras y ya solicitamos que para un futuro próximo también pueda transportar pasajeros.

Debido a la toda la belleza de sus paisajes y a la potencialidad en la explotación minera, Tolar Grande pasó de ser un “pueblito olvidado” a ser uno de los puntos geográficos más importantes y con mayor proyección del norte argentino. Además, producto de diferentes políticas públicas que hasta el momento supieron acompañar este proceso con cloacas, agua potable, vertedero con relleno sanitario y recolección diferenciada de residuos entre otras condiciones en la que se apostó a mejorar la calidad de vida de sus habitantes como la salud y la educación, el Ministerio de Salud de Nación y la Organización Panamericana de la Salud lo nombró como “El primer Municipio Saludable del NOA”.

Pero será solo a través del tiempo en que se podrá concluir si efectivamente se logró sacar el mayor provecho a esta gran oportunidad que se presenta en el noroeste argentino.